viernes, 28 de mayo de 2010

Hijo de periodista estrella Porsche valorado en 146.000 Euros



Peter Cheney es un periodista especializado en el mundo del motor: uno de esos privilegiados a los que dan cochazos de lujo para que se den una vuelta con ellos, los metan en el garaje de su casa y presuman ante los vecinos.

Así pasó un día que, tras llevarse a casa un hermoso ejemplar de Porsche 997 Turbo (146.000 Euros), el hijo adolescente de Peter, Will, se llevó a unos amigos para enseñarles el “haiga”. El chaval, comprendiendo que podía poner a su padre en un compromiso, pidió el permiso pertinente. Permiso que Peter concedió pensando que los chavales sólo echarían ojo al interior, pondrían el equipo de sonido, harían “brum, brum” manejando el volante sin arrancarlo…

Pues bien, cuando Cheney salía de su casa para dirigirse a la oficina, Will salió al paso balbuceando “Papá, el Porsche… el Porsche … el …”.

Peter se temió lo peor: pensó que algún ladrón se había llevado de su, por otra parte, seguro y blindado garaje. Corrió hacia el lugar… y el miedo se convirtió en desesperación al encontrarse la estampa que véis arriba.

No se sabe cómo (quizá en algún momento los críos habían quitado el freno de mano) el coche se había movido poco más de un metro y se había estampado contra la puerta de garaje, quedando aprisionado.

Como os podéis imaginar Peter reprendió severamente a Will con unos cuantos minutos de gritos y de palabras sobre la responsabilidad, el dinero y la “edad del pavo”. Acto seguido hizo un par de llamadas (y seguramente un par de oraciones), una de ellas a Rick Bye, un piloto de carreras profesional que gestiona la “flota de prensa” de Porsche. El señor Bye se presentó, miró al coche y, para sorpresa de los Cheney, dijo que, pese a que los daños superaban los 9.000 Euros, había visto cosas peores y que no se preocuparan porque el seguro cubría esas “incidencias“.

Así que Porsche dio a Cheney otro coche. Lo que no sabemos es qué castigo impondrá Peter a Will, ¿a vosotros se os ocurre alguno “creativo”? Tanto para el hijo como para el padre, por dar permiso sin calcular riesgos.

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