
Toma por ejemplo la imagen que te mostramos ahí arriba y que puede parecer fruto de alguna extraña casualidad. Pero nada más lejos de la verdad: en algún lugar un avispado jefe ha mandado poner el área de fumadores en un lugar junto al cual hay peligro de un escape de gas inflamable. Así, cuando uno de los “trabajadores” se fume un pitillo… ¡BANG! y adiós problema.
Eso sí, procura que la salida de gas sea de otro edificio, para poder evitar en lo posible pagar indemnización.
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