Cuando decimos eso no nos referimos a que en la policía germana se den más casos de corrupción que en otras policías europeas. Sencillamente queremos decir que en Alemania están estudiando el uso de aves carroñeras para encontrar cadáveres.
Walsrode (al sur de Hamburgo) es el lugar donde se está formando en el rastreo de cuerpos sin vida a Sherlock, un “bello” ejemplar de buitre turco. Al parecer los buitres tienen mejor olfato que los perros y, a diferencia de los canes, no necesitan descansar; además tardan muchísimo menos tiempo en cubrir una zona extensa.
El encargado de que Sherlock haga bien su trabajo es German Alonso, un hombre paciente que todos los días pone en un tazón un pedazo de carne putrefacta junto a un pedazo de tela que ha servido previamente para cubrir un cadáver. Así, guiado por su instinto, Sherlock será capaz de hacer más eficaz los grupos de búsqueda de cuerpos.
Lo que no me han explicado (o yo no entiendo) es si al buitre en cuestión le han enseñado también a no empezar a llenarse el buche con el cadáver de un asesinado o desaparecido. Imagináos lo macabro de la escena.
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