Así es cómo se lo montan en la cueva
En la universidad de Cork (Irlanda) ha tenido lugar un escándalo un tanto extraño.
Dylan Evans, eminente psicólogo y miembro del claustro está siendo sometido a dos años de observación y vigilancia en su tarea docente a causa de un artículo editado de una revista científica. ¿De qué trataba? Pues ni más ni menos de la repugnante costumbre de los murciélagos de la fruta de estimularse oralmente para prolongar el tiempo de cópula.
Vamos, que los murciélagos “se la chupan”.
Como científico curioso y académico polivalente, Dylan guardó el artículo y, esperando una instructiva discusión extrapolable a la conducta humana, le pasó el texto a una compañera de departamento. Ella le pidió una copia…
… y una semana después Evans recibió una carta en la que se le informaba de que había sido acusado de “acoso sexual”. Al parecer la compañera se había tomado lo del artículo como una “insinuación”: ya sabéis lo que les gusta a algunos académicos leer entre líneas.
Evans, sorprendido, asegura que no había ninguna intención lasciva en su comportamiento y que sólo quería difundir la información por su valor científico. De hecho, una investigación independiente afirma que Dylan no es culpable de acoso sexual, aunque sí considera “razonable” que la colega se haya sentido ofendida.
Muchos académicos están indignados, hablan de “censura”, de que los años de observación son demasiados y ya han pedido a colegas que firmen un documento para salvar el honor de Evans.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
NOTA PERSONAL : Es lo que pasa cuando trabajas con gente inteligente. En otros lugares no se lo hubieran tomado mal a menos que hubieses repartido ese artículo a las profesoras disfrazado de Batman, no ?
No hay comentarios:
Publicar un comentario